Antecedentes del Conflicto


El primer intento por poblar el archipiélago malvinense fue llevado a cabo por Francia, el 5 de abril de 1764 cuando tomó posesión formal de esas tierras en nombre de Luis XV, bautizándolas con el nombre de "Malouines". Ante los movimientos políticos europeos, los galos reconocieron la soberanía española sobre las mismas y se las entregaron el 1 de abril de 1767.


El primer intento de Gran Bretaña destinado a incorporar estas lejanas islas australes a sus dominios se produjo en 1770, cuando un grupo de ingleses se establecieron en Port Egmont. A raíz de este acontecimiento una poderosa flota partió desde Buenos Aires, para expulsar a los usurpadores, que ante la superioridad numérica española debieron abandonarlas el 10 de junio de ese mismo año. Pero antes de que capitularan las tropas británicas, en las notas de reclamo y protesta intercambiadas por ambas partes, quedó demostrada la pericia diplomática de los ingleses y la inoperancia de los ibéricos, ya que en estos escritos los súbditos del Rey de Inglaterra apelaban al descubrimiento y los españoles a su posesión previa. Como si esto fuera poco, las autoridades insulares designadas por la Capitanía General de Buenos Aires, permitieron que permaneciera izado durante algún tiempo el pabellón británico. Para colmo de males, el jefe del destacamento inglés, Samuel William Clayton, dejo en suelo malvinense una placa de plomo que decía: "Sepan todas las naciones que las islas Malvinas, con este fuerte (Port Egmont), los almacenes, muelles, puertos, bahías y calas que le pertenecen, tiene sólo derecho y propiedad Su Sagrada Majestad Jorge III, rey de la Gran Bretaña, Francia e Irlanda (...). En testimonio de lo cual se coloca esta placa y en señal de posesión se enarbola el pabellón de S. M. Británica por S. W. Clayton, oficial comandante de las Islas Malvinas". Este hecho recién fue comprobado varios días más tarde, mientras en Europa todas las cortes se movilizaban ante una posible guerra de grandes dimensiones, que nunca se produjo.


El 7 de febrero de 1811 los patriotas argentinos tomaron posesión del archipiélago, pero entre el 7 y el 11 de marzo los pobladores estables se marcharon hacia el continente y por primera vez en muchos años no quedaron habitantes permanentes en las islas. Recién el 6 de noviembre de 1820 se izó por primera vez la bandera argentina en esas tierras. Nueve años más tarde, el 10 de junio de 1829, el gobierno de Buenos Aires creó la Comandancia Política y Militar con sede en la isla Soledad y se designó como autoridad a Luis Vernet.


El 28 de diciembre de 1831 y como anuncio de futuras desgracias, la nave de guerra norteamericana Lexington arribó a las islas, camuflada como buque francés y bajo la apariencia de necesitar un práctico. Por casualidad y al haberse trasladado Vernet a Buenos Aires, quien desempeñaba ese oficio había quedado momentáneamente a cargo del territorio insular. Cuando esta persona estuvo a bordo de la embarcación y se percató del engaño, fue detenido por los marinos estadounidenses. Acto seguido un destacamento de hombres armados desembarcó y causó el terror entre la población, destruyendo todo lo que encontraron a su paso, como venganza por la captura de buques loberos de los Estados Unidos llevada adelante por las autoridades argentinas.


Para evitar este tipo de situaciones, que por lo general superaban a las autoridades civiles, fue designado comandante de las islas el teniente de marina, José María Pinedo, durante cuyo corto mandato un grupo de soldados sublevados provocaron un sangrienta matanza. Cuando la rebelión fue controlada, empezó el verdadero infierno; el 2 de enero de 1833 el buque de guerra británico "Clío" fondeó frente a Puerto Soledad para cambiar la historia. Sin más trámite, los recién llegados comunicaron a Pinedo que debía arriar la bandera argentina y entregar las islas a Inglaterra. Ante el estupor del comandante se le informó que se trataba de un arreglo entre ambos países (los planes de ocupación de Londres eran de público conocimiento desde hacía un año e incluso habían sido publicados en un diario porteño). En un principio Pinedo intentó resistirse, pero al percatarse de que sus subordinados eran casi todos de la misma nacionalidad de los invasores y recibir la negativa a luchar por parte de ellos, decidió entregar la plaza y retornar a Buenos Aires.


Lo sorprendente es que una vez que se marcharon las autoridades argentinas, el barco inglés se alejó de las islas sin dejar ningún destacamento armado en tierra. Recién el 7 de enero de 1837, efectivos británicos tomaron control del archipiélago.


Contradicciones


Igualmente el descubrimiento de las Islas Malvinas constituyendo, hoy un misterio histórico ya que se debe a la existencia de versiones contradictorias sobre su descubrimiento. Por una parte los británicos afirman haber descubierto las islas a fines del siglo XVI y utilizan este pretendido descubrimiento como base para justificar la ocupación de las islas. Mientras que por la otra, los argentinos sostienen que el descubrimiento de las islas fue realizado por navegantes españoles a principios del siglo XVI. En el año 1833, cuando una expedición británica invadió y ocupó las islas, que en aquel entonces estaban habitadas por unos pocos ganaderos argentinos. A partir de entonces la Argentina reclamó la soberanía sobre el archipiélago frente a todos los organismos internacionales.


Causas de la Guerra


Punto de Vista Argentino


Las autoridades argentinas describen los sucesos del 19 de marzo de 1982 como "el detonador". Aunque esos eventos en Georgias del Sur estuvieron lejos de forzar el episodio militar clave, a partir del cual no había otra salida sino la guerra, y consecuentemente no se encuentran en la categoría de un arrancador de la guerra, el 19 de marzo fue ciertamente la piedra de toque de una serie de confrontaciones en cascada y de decisiones político-militares que crearon el escenario para que la guerra comenzara.


Estas fueron algunas entre otras causas:


La reacción británica por el incidente Davidoff motivó una modificación de la planificación argentina.

El mensaje del British Antartic Survey en Georgias del Sur informando que "los argentinos han desembarcado" polarizó la reacción británica en Londres. En Buenos Aires, la Junta comenzó a estudiar la posibilidad de ocupar las Islas Malvinas y Georgias antes de que los británicos pudieran reforzarlas. El vicealmirante Lombardo recibió órdenes de preparar urgentemente la operación Malvinas. Hubo órdenes y contraórdenes.

El HMS Endurance fue destacado a las Georgias del Sur por el gobierno británico para retirar a los trabajadores argentinos.

Los británicos no estaban informados de la cancelación del plan argentino de incluir personal militar en el legítimo proyecto de Davidoff, pero sí fueron informados de la orden del Comandante de Operaciones Navales argentino de que dos fragatas interceptaran el HMS Endurance si éste evacuaba a los civiles argentinos, pero no de la cancelación de esa orden por las autoridades políticas argentinas quienes temían una confrontación militar.

El personal argentino del Grupo Alfa, que había sido originalmente concebido para participar en el plan de explotaciones de Davidoff, fue destacado ahora a Georgias a medida que los eventos se fueran desarrollando y desembarcaron allí el 24 del ARA Bahía Paraíso.

Un pequeño enfriamiento se produjo el 25 de marzo cuando Gran Bretaña tomó conocimiento de la presencia del ARA Bahía Paraíso y autorizó su permanencia hasta el 28 de marzo. Mientras esto ocurría, Davidoff entregaba una explicación de su operación a la embajada británica.

El anuncio del hecho por la TV británica (que luego se probó era erróneo) de que los dos submarinos nucleares habían zarpado de Gibraltar para el Atlántico Sur. Las autoridades argentinas tomaron como cierta esa información. No deseando comprometerse en un desembarco frente a una amenaza de submarinos nucleares británicos contra sus fuerzas navales, calcularon la primera fecha de arribo posible de los submarinos. Estaban convencidos de que a partir de ese momento seguirían destacados allí por varios años. Inclusive las autoridades argentinas no deben haber estado informadas ni siquiera sobre el momento en que la zarpada se hubo concretado.

El apoyo de la opinión pública argentina para lo que había sido percibido como una válida operación comercial bajo los términos del Acuerdo de Comunicaciones de 1971 presentó un cuadro de fuerte interés nacional. argentino contra un interés británico percibido como en disminución. En un esquema mental de "ahora o nunca" la Junta dispuso la ejecución de la operación Malvinas, estableciendo como día D el 2 de abril de 1982.

Punto de Vista Británico


Al ocurrir el incidente de Islas Georgias del Sur, el secretario de estado británico para la Defensa, John Nott, el jefe del estado mayor de Defensa, almirante Sir Terrance Lewin y el comandante de la flota, almirante Sir John Fieldhouse estaban en Colorado Springs, participando en la reunión del Grupo de Planeamiento Nuclear de la NATO, de la que yo también participaba.


Al profundizarse la crisis, estos jefes clave se dispersaron: el almirante Lewin se trasladó a Nueva Zelandia, el almirante Fieldhouse al Mediterráneo y John Nott a Europa. Durante los diez días de ausencia de estos jefes, el Reino Unido había aumentado la apuesta argentina.


Habían sucedido demostraciones en las calles argentinas y el hecho de que existía una extendida presencia argentina en Thule y Sandwich del Sur era de público conocimiento en Londres.

La ocupación argentina se concretó un viernes. El Gabinete Británico de Guerra con las ausencias señaladas habían fijado como objetivo: "Lograr el retiro de las fuerzas argentinas y restaurar la administración británica en las islas".

En Gran Bretaña existían varaduras políticas, económicas y militares, fue reconocido.

El lunes el Gabinete de Guerra dispuso la partida de la Fuerza de Tareas Británica, así es que zarpó esa flota y se contrataron los buques mercantes, que fueron retirados de su actividad comercial, aunque aún se ignoraba la magnitud del esfuerzo que se iba a necesitar.

El gobierno había previamente completado su concepto de la operación: "desalentar y rechazar".

Estrategia Naval Argentina


La estrategia naval tomada por los argentinos eran establecidas en Buenos Aires por las autoridades, estas eran las siguiente.


-La interdicción con portaaviones de la zona de las líneas de comunicaciones marítimas, fue considerada y descartada.


- El uso de buques en puerto en Malvinas como baterías móviles, fue considerado y descartado también.


- En definitiva se resolvió emplear el concepto de "Flota en Potencia" y conscientes como estaban de la necesidad de conservar una capacidad naval en reserva, como defensa ante una posible agresión chilena de postguerra, la conducción argentina decidió no comprometer sus fuerzas en batallas navales frontales y llevar una guerra de desgaste lo que a la postre demostró ser la decisión más atinada.


- La mayor esperanza de la Armada Argentina era dañar la Fuerza de Desembarco británica. La idea era atacar durante los desembarcos y aferrar a los británicos mientras su libertad de maniobra estaba limitada por esas operaciones.


- Se agregaba a la preocupación argentina sobre la supervivencia, la generada por la afirmación del almirante Hayward de la Marina de los EE.UU. en el sentido de que los satélites eran aptos para mostrar en todo momento la ubicación de la flota argentina.


Estrategia Naval Británica


En Londres las autoridades navales planificaron en forma conjunta una estrategia compuesta por cuatro fases, en forma de permitir un adecuado dimensionamiento de sus fuerzas:


- La Primera Fase comenzó el 12 de abril cuando, los submarinos nucleares de ataque llegaron para efectuar patrullados antisuperficie al oeste de las Islas con la Misión primaria de hacer cumplir la Zona de Exclusión.


- La Segunda Fase se inició el 22 de abril con el arribo de las unidades de superficie y duró hasta el desembarco en San Carlos el 21 de mayo. La misión era establecer superioridad aérea y en el mar en preparación para el desembarco. Esta fase se podría describir mejor llamándola de "guerra en el mar". Durante el período, las Georgias del Sur fueron retomadas y el ARA Belgrano, HMS Sheffield y B/m Isla de los Estados, hundidos.


- La Tercera Fase comenzó con el desembarco el 21 de mayo y continuó hasta el 30 de ese mes, con el objetiva de establecer una cabeza de playa, apoyar a los tropas en tierra y protegerlas de ataques aéreos. Los HMS Ardent, Antelope, Coventry y el B/m Atlantic Conveyor ingleses y el B/mRío Carcarañá fueron hundidos durante esta fase.


- La Fase Final comenzó el 30 de mayo y continuó hasta e1 cese de las hostilidades. La misión para esta fase fue de apoyo a la guerra terrestre y protección de las líneas de comunicaciones marítimas. El buque de desembarco HMS Galahad fue hundido en ese período.


Operación Rosario


La ocupación de Puerto Argentino el 2 de abril sin derramamiento de sangre británica fue una operación ejemplar. Ya que esta fue bien planeada e impecablemente ejecutada. Los 700 Infantes de Marina y l00 integrantes de Fuerzas Especiales, desembarcaron, lograron sus objetivos y se reembarcaron a medida que fueron reemplazados por fuerzas de ocupación del Ejército. La Fuerza de Tarea Naval, proveyó tanto el transporte anfibio como el apoyo naval.


1°- En la tarde del 2 de abril, la Fuerza Aérea Argentina en Malvinas, negó autorización para aterrizar a un F28 conduciendo al comandante de la aviación naval. El avión aterrizó finalmente luego de una espera de 45 minutos.


2°- La Fuerza Aérea Argentina solicitó el 2 de abril que el Estado Mayor Conjunto hiciera transportar inmediatamente por mar a las islas planchas de aluminio para alargar la pista y ampliar la playa de estacionamiento para aviones en operación.

 

Cronologia del desembarco


El 1 de abril, a las 21:18, el primer grupo de botes se desprendió del D-2: 84 comandos anfibios y buzos tácticos bajo el mando del Capitán de Corbeta Guillermo Sánchez-Sabarots. A las 22:45, el grueso de la Agrupación de Comandos Anfibios salió del buque en 19 embarcaciones destacándose, inmediatamente, el destructor en su zona de patrullado. Desembarcaron en Mullet Creek sobre las 23:00. A esa misma hora, el submarino ARA Santa Fe (S-21) libró a otros diez buzos tácticos para colocar balizas de radionavegación y ocupar el Faro San Felipe (Pembroke). Cuando el ARA Santa Fe (S-21) emergió, fue detectado por el radar de navegación del buque costero Forrest dándose inicio a las hostilidades. A las 23:40 en la zona del aeropuerto se observó una bengala verde y al poco tiempo fue apagado el Faro San Felipe.
Ya el 2 de abril, a la 1:30, los hombres de Sánchez-Sabarots se dividieron en dos grupos: el primero, comandado por él mismo, se dirigió a los barracones de la infantería de marina británica en Moody Brook para atacarlos; el segundo, bajo el mando del Capitán de Corbeta Pedro Edgardo Giachino, avanzó hacia Puerto Stanley con objeto de tomar las oficinas del Gobernador y capturarlo.
A la 1:55, el submarino ARA Santa Fe (S-21) salió a la superficie, frente a Punta Calebroña y lanzó sus Buzos Tácticos a unos 3.000 m del Faro San Felipe, que se encontraba apagado, alejándose, luego, a máxima velocidad en superficie, para regresar a su lugar de patrulla. Pero los británicos, sobre aviso, habían evacuado los barracones y estaban desplegados en posiciones de combate para defender la localidad.
A las 4:20, el destructor ARA Hércules (D-1) izó su Pabellón de Guerra y comenzó su patrullado en Puerto Groussac, protegiendo a la iniciación de la fase de asalto, la aproximación del BDT ARA Cabo San Antonio (Q-42) y de la corbeta ARA Drummond (P-1).

 

A las 5:45, la Fuerza de Desembarco de Sánchez-Sabarots abrió intenso fuego automático y de granadas sobre los barracones donde suponían a los infantes de marina británicos. A los pocos minutos, descubrieron que nadie devolvía el fuego (estaban vacíos). El ruido, por el contrario, alertó al mayor Norman —que dirigía a las fuerzas británicas— de que los argentinos habían llegado.
Cerca de las 6:00 se apagaron las luces de la bodega del BDT, se abrieron las compuertas de proa y se pusieron en marcha los enormes extractores de gases.
A las 6:22, llegó la orden "¡Primera ola al agua!" y, desde el BDT ARA Cabo San Antonio (Q-42), comenzaron a desembarcar los vehículos anfibios, con fuerzas del Regimiento de Infantería 25 del Ejército Argentino. El ARA Cabo San Antonio (Q-42) libró la compañía E de vehículos anfibios LVTP-7 y LARC-5 del 2º de Infantería de Marina, orientándose con las balizas que habían colocado los buzos tácticos del ARA Santa Fe (S-21). La primera oleada, bajo el mando del capitán de corbeta (IM) Hugo Santillan, llegó a tierra y tomó la dirección del aeropuerto. La compañía "D" desembarcó poco después para ocupar el faro.
A las 6:30, desde el D-2, se irradió un comunicado en el que intimaba a la población a no ofrecer resistencia para evitar derramamiento de sangre.
El grupo de Giachino, la avanzada de las fuerzas argentinas, se dirigió a la casa del Gobernador, invitándole a la rendición. Al no recibirse respuesta, entraron al anexo de los sirvientes, donde se había atrincherado un grupo de Marines Reales, entablándose un combate. Comenzó un tiroteo generalizado, donde se produjo la primera baja del conflicto, el CCIM Pedro Giachino, que fue herido mortalmente;11 fueron también alcanzados por las esquirlas y resultaron heridos de gravedad, el Teniente de Fragata Diego García Quiroga y el Cabo Primero Ernesto Urbina. El resto de sus hombres se replegaron, aunque mantuvieron el asedio sobre la sede del gobierno británico, disparando desde una posición elevada ubicada al sur de la misma.
Los constantes cambios de posición de los comandos y el uso de granadas de aturdimiento hicieron creer a los defensores que estaban bajo el ataque de una fuerza numéricamente muy superior a la real, lo cual resultó decisivo para obtener su rendición. A los pocos minutos, aterrizó el primer Lockheed C-130 Hércules de la Fuerza Aérea Argentina en el Aeropuerto de Puerto Stanley.
Cuando la compañía E llegó a las proximidades del viejo aeropuerto, sufrió el primer ataque de la infantería de marina británica. Un blindado LVTP-7 fue averiado por disparos de una ametralladora, pero la tripulación resultó ilesa. El Contraalmirante Busser, responsable del desembarco, comenzó a preocuparse: las tropas blindadas aún no habían entrado en contacto con los comandos, y la resistencia británica era más intensa de lo esperado. Ordenó entonces que una compañía del Batallón de Infantería de Marina 1 con lanzacohetes de 105 mm fuesen helitransportados a la costa.

A las 8:30, el gobernador Hunt y el mayor Norman, sitiados y bajo presión, debatieron qué hacer. Se sugirió dispersarse por el interior para iniciar una guerra de guerrillas, pero, finalmente, creyéndose rodeados por un batallón de Infantería de Marina, decidieron que este plan de acción no tenía sentido.12 Hicieron traer a Héctor Gilobert, un argentino residente de las islas al que consideran un espía, y le encargaron negociar el alto el fuego. A las 9:30, el gobernador Hunt rindió las islas Malvinas al contraalmirante Busser. Un avión de transporte militar argentino llevó a Hunt a Montevideo, desde donde se dirigió a Londres.
Utilizando el helicóptero Westland Lynx Mk.23 0739/3-H-141, desde el ARA Hércules (D-1), se trasladó al abanderado de la Flota de Mar, el Teniente de Fragata Martín Cazaux, para afirmar el pabellón en Puerto Stanley (posteriormente, llamado Puerto Argentino).
Cumplida su tarea por la Fuerza de Desembarco, algunas de sus fracciones se encontraban listas para el repliegue al Continente, que comenzó el mismo 2 de abril.
En esas circunstancias, y ante la necesidad de brindar apoyo logístico a las unidades navales que operaban en el puerto de la capital de las islas, el comandante de la Flota de Mar dispuso la creación del Apostadero Naval Malvinas, designando como jefe del mismo al capitán de fragata Adolfo A. Gaffoglio.
Al día siguiente, aparecieron en los periódico británicos las fotos de los marines tendidos en el suelo boca abajo. Aproximadamente 120 defensores (incluyendo civiles armados) fueron capturados por los argentinos en la acción.13
Sin embargo, en las islas Georgia del Sur los británicos no aceptaron la rendición. Cuando en la mañana del día 3 las fuerzas argentinas trataron de tomar Grytviken, los 22 infantes de marina británicos reaccionaron, pero luego decidieron rendirse.
Pasado el mediodía del 3 de abril de 1982, la bandera argentina ondeó sobre las islas Malvinas, las islas Georgias del Sur y las islas Sándwich del Sur (en estas últimas hacía varios años).
Los prisioneros británicos volvieron a su país vía Montevideo.
Ese mismo día, Margaret Thatcher intervino en la Cámara de los Comunes para debatir el tema de las Malvinas; anunció la organización de una fuerza operativa especial, la creación de un gabinete de guerra y la renuncia, entre otras, de su Ministro de Asuntos Exteriores, lord Carrington.14
Repliegue
Durante el 3 de abril se comenzó a replegar los elementos usados en el desembarco al BDT y al rompehielos; el grueso de las tropas que intervinieron en la recuperación regresó en aeronaves del Comando de la Aviación Naval y de la Fuerza Aérea Argentina.
El 4 de abril, desde el ARA Isla de los Estados se trasladó en helicópteros a Darwin y a Pradera del Ganso a la Compañía "C" del Regimiento de Infantería Nº 25 del Ejército Argentino, que ocupó ambos establecimientos sin hallar oposición.
El 5 de abril una fracción de la Compañía de Ingenieros 9 ocupó Puerto Fox en la isla Gran Malvina.
Tras la conquista de la islas, entre el 6 y 7 de abril, los buques de la FT.20 y de la FT.40 se replegaron a la BNPB, a la que arribaron el 12 de abril.


Cronología del Desarrollo


2 de abril: Se produjo el desembarco. En un enfrentamiento con tropas británicas, se produce la primera baja, Capitán de Corbeta de infantería de marina, Pedro Edgardo Giachino.

3 de abril: Las Fuerzas de tareas anfibias, informa que las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur, están bajo soberanía argentina. Se aprueba la resolución 502, que exige el retiro argentino de las Islas y la iniciación de negociaciones.


Las Fuerzas Argentinas ocupan las Islas.


7 de abril: Los ingleses disponen el bloqueo naval hasta las 200 millas de las Malvinas. La Argentina, convoca a sus reservas.

8 de Abril: Argentina crea un puente aéreo para aprovisionar a las tropas destacadas en las Malvinas. Se anuncia que la Fuerza Naval inglesa navega a la altura de la Isla Azores.

10 de abril: Se lleva a cabo una manifestación popular de apoyo a la recuperación de las Islas.


11 de abril: se anuncia que las conversaciones no han llegado a una solución. El Papa exhorta a ambos países a deponer actitudes extremas.

17 abril: en Buenos Aires, prosiguen las conversaciones de autoridades nacionales, sin conclusión positiva.

25 de abril: Marinos británicos, retoman las Georgias del Sur. 190 prisiones capturados. El teniente de navío Alfredo Astiz, firma la rendición sin haber opuesto resistencia.

1 de mayo: La aviación británica, ataca en cuatro ocasiones a Puerto Argentino. Desde las Fragatas Británicas cañonean a Puerto Argentino.

Los intentos de desembarco, fueron rechazados por Fuerzas Argentinas.

2 de mayo: Fuera de la zona de exclusión, declarada por británicos, el submarino atómico inglés HMS Cónqueror¨, hunde el Crucero General Belgrano.

4 de mayo: Aviones navales argentinos atacan al destructor inglés Sheffield, hundiéndolo. 20 muertos.

6 de mayo: La U.N. propone, el retiro de las fuerzas de ambos países del archipiélago.

10 de mayo: Gran Bretaña decretó una zona de exclusión aérea alrededor de la Isla Ascensión, (equivalente a 100 millas).

12 de mayo: Aviones argentinos causan averías a dos fragatas, con pérdidas de dos máquinas y un helicóptero inglés.

14 de mayo: Llegan a Buenos Aires, los argentinos capturados en las Georgias. Ataque nocturno británico en las Islas: 11 aeronaves argentinas destruidas en tierra.

15 de mayo: Embarcaciones británicas, bombardean Puerto Calderón.

16 de mayo: En el ataque británico aéreo, resulta hundido el ¨Río Carcarañá¨. Nuevos ataques aéreos a Isla Soledad.

19 de mayo: Convocan a argentinos y británicos a una misa por la paz.

20 de mayo: Anuncian que sus gestiones por la paz, fueron inútiles. Un Sean King británico, en ¨misión secreta¨, se estrella cerca de Punta Arena, Chile.

23 de mayo: Ataque argentino.

24 de mayo: Es hundida la Fragata Británica Argonaut.

25 de mayo: Es bombardeado el destructor ¨Coventry¨ con un saldo de 19 británicos muertos.

28 de mayo: En la reunión del T.I.A.R. quedó aprobada una resolución favorable a la Argentina.

2 de junio: Combates, resolución y fracaso. Tropas argentinas toman Monte Kent.

8 de junio: Las Fuerzas Armadas Argentinas, rechazan un intento de desembarco inglés en Fitz Roy y Bahía Agradable.

11 de junio: Llega el Papa Juan Pablo II.

12 de junio: Tropas inglesas avanzan hacia Puerto Argentino en búsqueda de la batalla final, tomando 400 prisioneros.

13 de junio: Las Fuerzas Británicas penetran las defensas argentinas.

14 de junio: Queda parlamentado el Alto al Fuego y la consiguiente rendición. En Buenos Aires, una vez que obtuvieron la noticia, hicieron una manifestación, en rechazo a la rendición.


Errores Argentinos


Algunos errores argentinos en la guerra que fueron determinantes en su resultado:


- A lo largo de la guerra en el mar, la Armada Argentina fue advertida de vuelos no coordinados de la Fuerza Aérea.


- La Fuerza Aérea se negó a informar al Comandante del Teatro vicealmirante Lombardo, sus avistajes y contactos.


- Las Fuerzas Conjuntas en Malvinas no pudieron ejercer control aéreo sobre los aviones de la Fuerza Aérea volando sobre las islas o en sus proximidades.


- La Fuerza Aérea envió 10 aviones Pucará a Malvinas sin consultar al Comando de Teatro.


- El Comandante de las Fuerzas del Ejército en Malvinas hacía caso omiso del Gobernador y recibía órdenes del Jefe del Estado Mayor de Ejército en Buenos Aires.


- Cuando la Armada Argentina tenía dificultad en la obtención de datos posicionales del HMS Invencible, tuvo que "invadir" la central de Información de Combate en Puerto Argentino para descubrir que el personal de Fuerza Aérea que manejaba el CIC, borraba la derrota seguida por los aviones británicos luego de cada ataque aéreo. El personal naval comenzó a conservar la información sobre el recorrido de cada raid, y así logró determinar por donde aparecerían todos ellos sobre el horizonte. Fue a partir de ese tipo de análisis, que pudieron describir una especie de "banana geográfica" que definía la probable posición de los portaaviones. Esta fue la metodología "ad hoc" que permitió a la Armada lanzar el ataque que dio por resultado el hundimiento del Atlantic Conveyor.


- En general los ataques aéreos contra la Fuerza de Tarea británica lanzados desde tierra, fueron dispuestos y partieron desde el continente sin la necesaria coordinación con los comandos argentinos en las islas, ni con las fuerzas a las que la aviación basada allí estaba apoyando.


- Lo mismo cabe decir con respecto a los escasos raids que fueron lanzados contra las cabezas de playa británicas. La Fuerza Aérea Argentina afirmó al comenzar las acciones: "Si la Flota Británica aparece , nosotros podemos destruirla: esta mentalidad dominó su acción a lo largo de todo el conflicto.


Características de la Guerra


Fue considerada básicamente una guerra aeronaval, porque quien obtuviera el dominio del aire, vencería. Al hacer esto, significaba acosar a los buques de superficie y cortar el abastecimiento a las fuerzas desplegadas en tierra. Los efectivos situados en las Islas, de los dos bandos, quedarían como rehenes de quien ganara la batalla aeronaval, esto explica la decisión norteamericana de entregar armamento sofisticado a su aliado inglés cuando percibió que podía ser derrotado. Los mísiles aire-aire ¨Sidewinder¨ AIM-9L de ultima generación y no los ¨Harrier¨, lograron finalmente dominar el espacio. Pero la fuera de combate del ¨Invincible¨ -no reconocida por los británicos- hizo poner en duda la posibilidad de mantener desplegados a los aviones enemigos sobre las islas.


Fuerzas Navales Argentinas


Una fuerza de desembarco, BIM 2 comandos anfibios- Secc.Tiradores del EA, Buzos tácticos Total 542 hombres.

Un grupo naval de transporte, ARA Cabo San Antonio, ARA Alte. Irizar y ARA Isla de los Estados.

Un grupo naval de apoyo, destructores ARA Hércules ARA Santísima Trinidad y las Corbetas ARA Drumond y ARA Granville.

Un grupo naval de tareas especiales, submarino ARA Santa Fe.

Además comenzó a instalar y organizar el Comando de Toas, bajo las ordenes de su futuro Comandante Valte. J. J. Lombardo

Esta tenía una gran limitación, que era la amenaza de los submarinos nucleares británicos.


Fuerzas Navales Británicas


Esta contaba con un total de dos portaviones, dieciséis destructores, cuarenta y cuatro fragatas, y treinta y un submarinos, de los cuales aproximadamente una docena de fragatas y otros tantos submarinos se hallaban en dique seco, en reparaciones o modificaciones.


El gobierno británico al enterarse de que Argentinos habían usurpado las Islas decidió el día 3 de abril el envío de una gran "fuerza de tareas" (task force), la cual el día 5 zarpó de Portsmouth para operar a 8.000 millas de distancia, liderada por un portaviones que se encontraba próximo a su desguace.


  La mayoría de estas naves comenzaron a desplegar a partir del 5 de abril, desde Gran Bretaña y al llegar a Gibraltar se unieron los buques que estaban afectados a las maniobras navales en el Mediterráneo.


Los primeros buques en zarpar fueron los portaviones y varias naves de escolta, el 5 de abril. Les siguió el buque SS Canberra. El Batallón de Paracaidistas lo hizo en el Europic Ferry y en la motonave Norland, mientras los Blues y Royals lo hacían en el Elk, junto con dos tanques livianosScorpion y cuatro vehículos blindados Scimitar. Los trasatlánticos Canberra y Uganda recibieron la orden de dar por terminados sus viajes, regresando el primero a Gran Bretaña y el segundo a Gibraltar.


En total, incluyendo la tres naves que se hallaban en la zona de operaciones al iniciarse el conflicto, se movilizaron 121 buques. Resultando muertos 255 hombres durante las operaciones. Durante los 44 días de combate en Malvinas, sufrieron bajas a razón de casi 6 hombres por día de combate.


  Las cifras indican que treinta buques fueron alcanzados por los aviones y misiles argentinos, de los cuales, la mitad sufrió ataques en más de una oportunidad. Para suerte de la Task Force, de la gran cantidad de bombas MK-17 lanzadas, sólo dos hicieron explosión (HMS Ardent, 21 de mayo y HMS Antelope, 23 de mayo; esta última, mientras se intentaba su desarme. En ambos casos los buques resultaron hundidos).


Más de una decena de estas bombas no estallaron, o simplemente atravesaron los buques limpiamente, lo cierto es que el poder de la MK-17 era tal, que se dice que ante la acción de una de ellas, hubiera correspondido la destrucción de la nave que la recibiera.


Visita del Papa


Ante la extrema gravedad de la situación, el Sumo Pontífice decidió viajar de inmediato a la Argentina, lo cual "configura -según se estimó en círculos vaticanos- un dramático gesto de paz sin precedentes en la historia del Pontificado Romano".

El Papa llegó a Buenos Aires el 1 de junio, permaneciendo en el país dos días, durante los cuales desplegó una intensa actividad que comprendió, fundamentalmente, una prolongada entrevista con la Junta Militar y con el presidente de la Nación, dos misas concelebradas por él mismo y los cardenales, que congregaron centenares de miles de Fieles. Una de ellas en Palermo y la otra, en Luján. Durante esos actos y otras apariciones ante la multitud, el Papa pronunció conmovedoras alocuciones en español, instando a toda la Nación a orar por la paz.

En el momento de disponerse a partir hacia Roma, el Sumo Pontífice mantuvo una conversación a solas con el presidente Galtieri, cuyos términos no trascendieron. produce la rendición del Ejército Argentino.


Desenlace con derrota


Falto poco para que los británicos sufriesen una derrota, contando esta con catorce naves destruidas o fuera de combate, saldo menor ya que muchas bombas argentinas de 225 y 450 kilos eran obsoletas o estaban mal construidas, también porque el estado mayor argentino cometió el error de atacar más los buques de guerra que los navíos logísticos y los transportes de tropa mas indefensos.


Según Pierre Clostermann:


 Las pérdidas sufridas por los ingleses representan la derrota más grande de la flota británica en los últimos 60 años, ya que los daños que le causó la Fuerza Aérea Argentina son increíbles. Si viesen explotado más bombas arrojadas sobre los barcos, la derrota de la flota británica hubiera sido la más grande de su historia¨


Muchos sectores de la sociedad argentina dijeron que la Guerra de Malvinas fue vergonzosa para el país, para las Fuerzas Armadas ya que decían que ¨la derrota de éstas no fue la del país y sí la de un grupo de locos iluminados¨.


Luego de la Guerra, los británicos reconocieron la buena actuación de Argentina en ésta. Según un periodista y analista británico este dijo que:


¨ La semana del hundimiento del Sheffield hubo pánico en Inglaterra¨,


¨Si a continuación del hundimiento del Sheffield hubiera habido uno o dos movimientos acertados por parte de los argentinos, existia muchas posiblidades de que E.E.U.U. le hubiera ordenado a Thatcher abandonar la lucha¨


¨Nosotros creimos que los infantes de marina, por su adiestramiento y eficiencia bélica, eran soldados profesionales.¨


Buscando explicaciones para la derrota se pretendió fundamentarse en "motivos tecnológicos"; ella resultó absolutamente insostenible, desde el momento en que no existió auténtica disparidad tecnológica entre las fuerzas atacantes y las fuerzas defensoras. Lo que sí existió, en estas últimas, fue una incapacidad estratégica que sumió al conjunto del sistema defensivo en la parálisis y la inacción. A ello se le debe sumar el feudalismo institucional que existió entre cada fuerza y, aún, dentro de cada una de las fuerzas.


Buques Hospitales


Cuatro buques hospitales británicos y dos argentinos actuaron durante el conflicto. La finalidad de los buques hospitales fue de socorrer a los heridos, a los enfermos y a los náufragos, asistirlos y trasladarlos; su función fue, estrictamente humanitaria. Para que puedan haber llevado a cabo su labor, en los Convenios se previó que dichos buques bajo ningún concepto, podrían ser atacados, ni capturados, y que siempre serían respetados y protegidos.


El respeto y la protección de los buques hospitales dependió de cuatro condiciones:


Comunicar a la Parte adversa las características del buque (notificación).

Tomar las medidas necesarias para que pueda ser identificado (identificación y señalamiento).

No entorpecer, por ningún motivo, los movimientos de los combatientes (ejemplo de la "Red Cross Box").

Estar sometidos a un derecho de control.

Los buques hospitales británicos


S/S "UGANDA"

Con 16907 toneladas y 164,5 metros de longitud, el "UGANDA" era el mayor de los buques hospitales británicos. Es un barco de cruceros escolares, que fue requisado y transformado en buque hospital. Con una cabida para más de 500 enfermos, el "UGANDA" fue un verdadero hospital flotante.


Las autoridades británicas notificaron, el 13 de abril de 1982, que el "UGANDA" era buque hospital, por mediación del Gobierno suizo, a las autoridades argentinas.


HMS "HERALD", HMS "HECLA", HMS "HYDRA"

La notificación relativa a estos tres buques se hizo, el 19 de abril de 1982, a las autoridades argentinas. Se trata de tres navíos hidrográficos semejantes, (tonelaje bruto, 2898 toneladas, con 79,3 metros de longitud), transformados en buques hospitales con una cabida para 60 a 100 enfermos. El cometido principal de estos buques era evacuar a los heridos y a los enfermos y trasladarlos a Montevideo, Uruguay (cuatro días y medio aproximadamente por vía marítima), desde donde fueron repatriados, en avión, al Reino Unido.


Los buques hospitales argentinos


A.R.A. "BAHÍA PARAÍSO"

Las autoridades argentinas notificaron a las autoridades británicas, el 7 de mayo, por mediación de Brasil, la identidad de este navío, como buque hospital. Es un buque de 10000 toneladas y de 130 metros de longitud que utiliza, normalmente, la marina para transportes en el Antártico. Tenía cabida para más de 100 heridos.


A.R.A. "ALMIRANTE IRÍZAR"

En la misma fecha, se notificó a las autoridades británicas la identidad del "ALMIRANTE IRÍZAR" como buque hospital. Es también un buque de la marina argentina rompehielos utilizado en el Antártico, de 11 811 toneladas y 119 metros de longitud.


Asimismo, se notificó a las autoridades británicas la identidad de un tercer buque, el "PUERTO DESEADO", que no se utilizó realmente como buque hospital, ya que finalizaron las hostilidades activas antes de su puesta en servicio.


Para ver el grafico seleccione la opción "Descargar" del menú superior


Buque hospital argentino "Almirante Irízar" Crucero británico transformado en buque hospital


CRUCERO ARA GENERAL BELGRANO


El Crucero ARA General Belgrano desde nuestra punto de vista fue de gran importancia y de gran valor histórico en la Guerra de Malvinas y en las Fuerzas Armadas Argentinas, siendo este también el primer barco hundido durante una guerra por un submarino nuclear de ataque.

CONCLUSIÓN


A partir de la investigación realizada podemos concluir que en cuanto al conjunto de las fuerzas navales expuestas no existe comparación posible ya que el conjunto de esfuerzos mancomunados de los europeos durante la 2º Guerra Mundial no es comparable a la capacidad bélica del armamento naval argentino en los últimos décadas del siglo.


Pero, independientemente de la capacidad logística que deja fuera de dudas toda comparación, es indispensable observar detenidamente las motivaciones de ambos conflictos para poder establecer lo lejano de una continuidad entre ambos conflictos para poder establecer lo lejano de una continuidad entre ambos conflictos. La 2º Guerra Mundial contó con profundas motivaciones ideológicas que no pueden compararse a los motivos histórico-geográficos existentes en documentación legal que avalan un reclamo firme y sistemático.


Tal vez, si investigaríamos muy profundamente podremos hallar ciertos puntos de encuentro en la ¨locura¨ individual asignaba a los lideres (Hitler-Galtieri), o en un ¨nacionalismo¨ que se hizo para justificar, en ambos casos, la ¨necesidad¨ de un enfrentamiento.


Las especulaciones pueden llevarnos a resultados insospechados, y si nos esforzamos, podremos hallar tantas opiniones o puntos en común como quisiéramos. Sin embargo la realidad es una sola: la 2º Guerra Mundial se nutrió en la humillación de Versalles, y la Guerra de las Malvinas se gestó en un proceso histórico ajeno al nacionalismo alemán.


Los resultados se parecen, los motivos también, las acciones bélicas pueden asemejarse, sin embargo consideramos que la Guerra de las Malvinas no fue la última batalla de la 2º Guerra, sino la 1º batalla de una larga Guerra que los argentinos aún no terminan y se fundamenta en la búsqueda de la identidad, a través de un extraño intento por asumir la territorialidad.

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